¿Por qué se le ha dado tanta importancia a la Vitamina D en los últimos años?
La deficiencia e insuficiencia de vitamina D es un problema de salud
mundial que afecta a más de mil millones de niños y adultos en todo el
mundo. Las consecuencias de la deficiencia de vitamina D no pueden
subestimarse. Ha habido una asociación de la deficiencia de vitamina D con
una miríada de enfermedades agudas y crónicas que incluyen preeclampsia, caries
dentales en la infancia, periodontitis, trastornos autoinmunes, enfermedades
infecciosas, enfermedades cardiovasculares, cánceres, diabetes tipo 2 y
trastornos neurológicos.
¿Qué es la Vitamina D?
Es una vitamina liposoluble e hidrofóbica, es decir, soluble en lípidos
(grasas), pero nunca en agua.
En épocas recientes ha llegado a considerarse más una hormona que
una vitamina debido a que se han descubierto receptores de vitamina D en más de
treinta órganos, por lo que se amplían enormemente las funciones que creían
conocerse hasta entonces y que ahora se centran en el campo de la inmunología y
la inflamación.
La vitamina D es producida en la piel a partir de derivados del
colesterol que ingresan tanto por vía exógena (proveniente de la ingesta de
alimentos) como endógeno (producido por el propio cuerpo) como consecuencia de
la radiación ultravioleta del sol. Este mecanismo puede ser suficiente en
muchas personas, sin embargo, es frecuente hallar niveles séricos con
insuficiencia de vitamina D en otras.
¿Qué funciones tiene?
Su principal función es mantener el calcio y fósforo sérico (sanguíneo)
en niveles fisiológicos aceptables para garantizar el desempeño de sus demás
funciones a nivel metabólico, neuromuscular y de transducción de señales.
Además, esta vitamina puede actuar como cofactor, antioxidante, hormona
o elemento de transcripción genética.
Existen dos formas activas de la vitamina D: la
25-hidroxivitamina D y la 1, 25 dihidroxivitamina D.
¿Cómo llegamos a estos metabolitos activos?
La vitamina D2 (ergocalciferol) y la vitamina D3
(colecalciferol) se producen a partir de derivados de colesterol, y son
metabólicamente inactivas. La D2 se
produce en las plantas, hongos y levaduras a partir de la luz solar y la D3 se
produce en la piel de humanos y otros animales a partir de los rayos UVB (Rayos
Ultra-Violeta B de Onda Corta).
Ambos compuestos, al ingresar al organismo, sufren modificaciones a
nivel del hígado y luego en los riñones, mama, colon, próstata u otros tejidos logrando
la forma activa de la vitamina que regula las funciones clásicas y no clásicas
mencionadas anteriormente.
¿Qué sucede en caso de déficit de Vitamina D?
La deficiencia de Vitamina D se caracteriza por una inadecuada
mineralización o desmineralización del esqueleto:
- Raquitismo en los niños: engrosamiento del cráneo en eminencias
frontales y parietales, deformidad torácica, arqueamiento de los huesos largos,
debilidad muscular, dentición retrasada, deterioro del crecimiento, tetania.
- Osteomalacia en adultos: desmineralización ósea que predispone
a fracturas espontáneas.
La deficiencia de vitamina D se ha relacionado a su vez con una amplia
variedad de enfermedades agudas y crónicas: diabetes de tipo I o II, esclerosis
múltiple, artritis reumatoide, cáncer colorrectal, enfermedades
cardiovasculares (hipertrigliceridemia, bajos niveles de colesterol HDL y altos
de LDL), hepáticas, renales e infecciosas.
¿Qué edades son más sensibles a la escasez de Vitamina D?
Dado el importante rol que juega esta vitamina en la formación ósea, los
niños, al estar en pleno crecimiento, son evidentemente vulnerables. Las
personas de edad avanzada, por su parte, se encuentran también en situación
poco ventajosa, dado que, con el paso del tiempo, la absorción intestinal, así
como la capacidad de la piel para sintetizar vitamina D disminuyen.
Sin importar la edad, lógicamente se necesita de un correcto
funcionamiento metabólico, ya que un déficit en la función hepática y/o renal
podrían dificultar su síntesis a la forma activa. Lo mismo sucede con algunas enfermedades como
la de Crohn, la celiaquía o la obesidad (esta última en estudio) en las que la
vitamina no puede absorberse correctamente al no haber un control adecuado de
las grasas.
¿Cómo se obtiene?
El status de esta vitamina depende de:
★ Luz solar
El 80 % de la vitamina D sintetizada en el cuerpo se obtiene gracias a
la exposición directa a la radiación ultravioleta.
El grado de producción cutánea de vitamina D tras la exposición a la luz
solar es muy variable y depende de numerosos factores, como la hora del día, la
estación, la latitud, la contaminación del aire, la pigmentación de la piel, el
uso de protectores solares, la cantidad de ropa que cubre la piel y la edad.
Los días nublados, la exposición con vidrios de por medio, el recibir la
claridad estando a la sombra o el tener piel con mayor pigmentación son
factores que reducen la síntesis de esta vitamina.
★ Alimentos
ricos en Vitamina D
Si bien la exposición al sol es la principal fuente de vitamina D, ésta
también se obtiene a partir de algunos alimentos de la dieta.
La vitamina D3 o colecalciferol se sintetiza en la piel, pero
también se encuentra en:
- Pescados grasos como el salmón, atún y caballa.
- Yema de huevo
- Hígado vacuno
La vitamina D2 o ergocalciferol está presente en levaduras y
hongos. La industria produce ambos sintéticamente para fortificar algunos
alimentos como:
- Lácteos, mayormente leche y yogures.
- Bebidas “leches” a base de soja, almendra y avena
- Jugos
- Panes y cereales de desayuno.
En caso de ausencia a la exposición solar (ej.: pocas actividades al
aire libre, condiciones climáticas, vestimenta o estacionalidad), la ingesta se
convierte en la principal fuente de la vitamina.
Son pocos los alimentos que contienen vitamina D de manera suficiente
para cubrir los requerimientos y los contenidos de la vitamina varían en los
alimentos dependiendo del método de preparación culinaria. Por ello, hay que
preferir siempre cocciones con temperaturas medias, aunque el tiempo de
exposición pueda ser un poco mayor. Optar por hervido, al vapor, salteados y
similares. Evitar cocción por fritura
(>180º C) ya que disminuye su biodisponibilidad.
★ Suplementos
Si la exposición al sol y la ingesta de alimentos fortificados son
insuficientes para satisfacer las necesidades, sólo en caso de insuficiencia
(detectado en un análisis de sangre) se recomienda tomar suplementos de
vitamina D3 (con estricta indicación médica). Esta forma de la vitamina tiene 3
veces más potencia y es más duradera que la forma D2. Sin embargo, al ser ésta última de origen
vegetal, suele ser la elegida por la población vegana.
Se consideran valores sanguíneos normales saludables en población
adulta a aquellos entre 30 y 50 nmol/L.
Solo en caso de déficit está indicada la suplementación.
Para los niños durante el primer año de vida se han llevado a cabo
estrategias efectivas. Dado el bajo contenido de vitamina D en la leche humana,
se ha complementado con el consumo de alimentos fortificados y la suplementación
diaria indicada por el pediatra.
En los adultos es muy importante chequear anualmente los niveles en
sangre de esta vitamina, y como siempre te recordamos es fundamental que no te autosuplementes,
ya que la suplementación debe ser solo indicada en caso de deficiencia en el
análisis de sangre. Cabe destacar que la hipervitaminosis D ocasiona un
aumento en la absorción intestinal de calcio y como resultado hipercalcemia
(calcio alto en sangre) que conlleva a la hipercalciuria (pérdida aumentada de
calcio por orina). Esta situación se asocia con un depósito de calcio en los
tejidos blandos que conduce a lesiones irreversibles en riñón y corazón.
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