sábado, 18 de julio de 2020

EDULCORANTES: CONTROVERSIAS ACTUALES SOBRE SU CONSUMO


Con el término “edulcorantes” solemos referirnos a los endulzantes no nutritivos, esos que usamos para reemplazar el azúcar pensando que “no engordan” y que son “sanos”. Pero desde hace varios años, se comenzaron a estudiar en profundidad cada uno de ellos, sus mecanismos de acción y efectos adversos, y no son tan inocuos como han intentado hacernos creer.


Veamos primero el mecanismo que todos comparten, y luego detallaremos características de cada uno.

Lo que tienen todos los edulcorantes no nutritivos en común es aportar sabor dulce y no proveer calorías, o muy pocas. Pero lo que ahora se sabe, es que las personas que consumen estos endulzantes tienen una mayor tendencia a aumentar de peso. Y en este efecto hay varios mecanismos involucrados. Para empezar, está demostrado que la percepción del sabor dulce (da lo mismo si es azúcar o edulcorante) tiene efectos a nivel del cerebro. El sabor dulce estimula la liberación de insulina, hormona que hace que el azúcar en la sangre se almacene en los tejidos, pero debido a que el azúcar en la sangre (glucemia) no se incrementa con los edulcorantes no nutritivos, ocurre una hipoglucemia y una mayor ingesta de alimentos posterior para compensar este efecto. A su vez, la insulina es una hormona lipogénica, con lo cual al estar circulando en sangre induce el almacenamiento de grasa en el cuerpo.


El uso habitual de edulcorantes también ha sido asociado con riesgo cardio-metabólico (aumento de la circunferencia de cintura, síndrome metabólico y diabetes mellitus tipo 2), alteraciones en el metabolismo de la glucosa como ya mencionamos, efectos en el control del apetito y cambios en la microbiota intestinal, de acuerdo a algunas investigaciones.

Estos efectos indeseables no parecieran ocurrir con el consumo esporádico y en poca cantidad de edulcorantes, pero sí ocurren con el consumo crónico, y teniendo en cuenta que estos edulcorantes no son solamente los que agregamos nosotros mismos para endulzar (en formato de polvo o líquidos), sino que están contenidos en casi todos los productos industrializados: gaseosas, jugos, postres, mermeladas, galletitas, budines, helados, golosinas, chicles, etc., debemos ser precavidos, porque la ingesta total al final del día suele exceder el límite de seguridad de muchos de ellos.

A continuación, detallaremos los edulcorantes no nutritivos más conocidos y sus características no tan deseables para replantearnos si su uso es o no aconsejado:

*ACESULFAME K: es 200 veces más dulce que el azúcar. Varios estudios demuestran que provoca alteraciones en la flora intestinal, daños en el ADN, y tumores de tiroides en ratones.

*ASPARTAMO: es 200 veces más dulce que el azúcar. Fue asociado con empeoramiento de la depresión y desordenes psiquiátricos en personas que ya padecían estas patologías. Está comprobado que altera la flora intestinal. Varios estudios sugieren que el aspartamo no es del todo inocuo ya que es una molécula compuesta por tres componentes, todos los cuales son neurotóxicos en elevadas cantidades: ácido aspártico, metanol y fenilalanina. Como si esto no fuera poco, el metanol se descompone en formaldehído, y se cree que de allí proviene la relación con la incidencia de tumores cerebrales, linfomas y leucemia en animales de laboratorio.

*CICLAMATO: es 30 a 50 veces más dulce que el azúcar. Está prohibido en varios países. Estudios demuestran que está relacionado al cáncer de vejiga y atrofia testicular en ratones.

*ESTEVIA: es un derivado de una planta originaria de Sudamérica, llamada Stevia rebaudiana. Tiene de 100 a 300 veces mayor dulzor que el azúcar. Varias investigaciones han demostrado que altera la flora intestinal.

*SACARINA: Fue el primer edulcorante artificial. Es 300 veces más dulce que el azúcar. Fue relacionado con cáncer de vejiga, hepatotoxicidad y alteración de la flora intestinal.

*SUCRALOSA: Es 600 veces más dulce que el azúcar. Altera la flora intestinal, fue vinculado con la enfermedad inflamatoria intestinal y como activador de migrañas. Un estudio encontró que su consumo provoca un pico mayor de glucemia e insulinemia comparado con el consumo de azúcar.

Cabe resaltar que en la mayoría de ellos se encontró que alteran la microbiota, y con las importantes funciones que desempeña la flora intestinal en nuestra salud (como su relación con el sistema inmune, protección de ciertos tipos de cáncer, integridad de la barrera intestinal, regulación del metabolismo y hasta asociaciòn con la obesidad), debería ser razón suficiente para replantearse el uso de edulcorantes.

Al igual que todo en el ámbito de la medicina, el uso de edulcorantes no nutritivos aún debe seguir estudiándose, y la mayoría de los investigadores afirman que sus conclusiones no son definitivas, pero ante la evidencia existente al día de hoy, nos parece sensato tomar precauciones a la hora de elegir usarlos en nuestra alimentación diaria.

Existen otras formas de endulzar naturalmente los alimentos (como galletas, budines, bizcochuelos), por ejemplo, utilizar dátiles o pasas de uva procesados, frutas maduras en puré, vainilla, jugo de frutas, etc.

Nuestra recomendación desde Equipo Nutricional es que debemos reentrenar nuestro paladar, exigiendo menos dulzor de los alimentos, y disfrutando de los sabores naturales. Esto se logra con paciencia y creando el hábito. Luego de un tiempo ya ni nos daremos cuenta que estamos tomando un té o un café sin endulzar con nada. Las papilas gustativas se van adaptando, y acostumbrando a disfrutar igual sin sabores excesivamente dulces (exactamente lo mismo sucede con la sal).

Creando este hábito saludable vamos a lograr unos cuantos beneficios: estimular menos a nuestro cerebro con la adicción a los alimentos hiperdulces, controlar mejor nuestro apetito, mantener niveles estables de insulina, no aportar químicos perjudiciales en nuestro organismo y aprender a disfrutar el verdadero sabor de los alimentos e infusiones.




Cintia Rodríguez
Lic. en Nutrición - M.N. 6523
Especialista en Nutrición Vegana y Vegetariana
Antropometrista
“Nutrición Adecuada a Vos”





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Fuentes bibliográficas:
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-         “Intense Sweeteners, Taste Receptors and the Gut Microbiome: A Metabolic Health Perspective”, Int J Environ Res Public Health. 2020 Jun; 17(11): 4094.









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